Hace días, en un 5
diciembre del 2013, Nelson Mandela, aquel pequeño gran
hombre de 95 años que soportó décadas de encierro y la pérdida de su vida
familiar normal a causa de defender la libertad y la igualdad racial en unos de
los regímenes más racistas, crueles e inhumanos de la historia, para luego
llegar a la presidencia e instaurar un sistema igualitario y más justo; que a
pesar de lo que le hicieron, perdonó a sus más acérrimos enemigos y proclamando
la admistía y la unión fraternal a pesar de las dificultades y de tanto
resentimiento; que fue admirado por muchos y odiados por otros, pasó a los umbrales de la inmortalidad.
A lo largo de toda la
historia, ha habido líderes que han querido que la gente los adorase como
dioses o seres mesiánicos dignos de alabanzas, promocionándose como la
salvación y solución a sus problemas, convenciéndoles a que sigan absurdas
ideas y doctrinas nefastas o irracionales, mostrados ante la opinión publica
como semidioses e infalibles, que prometen el cielo para luego de tanto idilio
destruye a su propio pueblo tan solo por satisfacer su ego.
Solo pocos,
poquísimos, escasos y muy excepcionales casos, hay lideres que de verdad lo
abandonan todo, sus bienes materiales, su dignidad, su felicidad y hasta su
propia vida por lograr que el mundo sea más justo y más esperanzador, a pesar
de tanto sufrimiento y problemas que hay en él, y estos en verdad, son dignos
de ser admirados, dignos de ser imitados y dignos de ser inmortales.
Nelson Mandela en su juventud |
Nelson Rolihlahla Mandela nació en un pequeño poblado de Mvezo, ubicado entre las montañas de una
provincia del oriente de Sudáfrica el 18 de julio de 1918. Era conocido en su
patria como Madiba (título honorífico otorgado por los ancianos del clan de
Mandela) también era llamado cariñosamente "Tata", especialmente, por
los más jóvenes.
A los 9 años quedó
huérfano de padre, por lo que quedó bajó la titula de un jefe tribal que le
trató como si fuera uno de sus propios hijos, recibiendo también una educación
formal y de calidad, a pesar de régimen de discriminación racial amparado por
las leyes en este país por parte de la minoría blanca, que consideraban a los
africanos como "seres inferiores" e "intrusos kafíres" que
amenazaban su "estilo" de vida.
Para ese entonces,
existía el régimen del Apartheid (significa separación en lengua afrikaans,
variante sudafricana del idioma holandés) y fue un sistema político, económico
y social de discriminación o segregación racial y organización territorial
según la raza de forma legal que data desde finales del siglo XIX y
oficialmente instituida de 1948 a 1990 para que la minoría blanca de la
población (los Boers o afrikáners, descendientes de los colonos holandeses,
junto con los de ascendencia británica).
Las leyes y políticas
impuestas durante estos años servían para tener dominio político total, para
mantener a distancia o controlar a los de origen africano, implicando la
separación física, cultural, entre otras, logrando que los blancos salieran
favorecidos y negando toda existencia y participación política de las personas
de raza negra.
Las ideas
colonialistas, religiosas y racistas, junto a los conceptos de darwinismo
social a finales del siglo XIX, ocasionaron la dominación colonial y del
absoluto poder político blanco y la restricción del mismo a la población negra
en el país y en varias partes del continente africano, basada en la supuesta
superioridad cultural y racial proclamada por los blancos.
Para mayor control
socioeconómico, se les asignó áreas aisladas para que los africanos habitasen
de forma autónoma, pero bajo supervisión y control gubernamental (los mismo
eran llamados "homelands" o "bantustanes"), y generalmente
estas aéreas carecían de los servicios y de toda condición mínima de hábitat y
de salubridad digna de un ser humano. Los derechos a los negros a poseer
tierras aptas para el cultivo (reservadas para los blancos), de vivir en las
ciudades con todos los servicios (solo para blancos) y demás derechos
fundamentales, fueron sistemáticamente anulados para el no-blanco y estas
prohibiciones eran pasadas de alto cuando los blancos requerían los servicios
de los negros, bien trabajando como empleados a sueldo miserable o como
sirvientes, bajo la condición de que los afrodescendientes debían tener un
pasaporte, un salvoconducto o permiso para transitar por los sectores de los
blancos.
La política del
apartheid garantizó de forma descarada la mano de obra barata para la
explotación de las minas de oro y diamante en Sudáfrica.
Se clasificaba en un
principio a la población en tres grupos raciales y étnicos: blancos (con poder
y derechos), bantúes o afrodescendientes y de origen mestizo (sin derecho
alguno, salvo en los bantustanes, siempre y cuando se les controlase); al
tiempo, se incluyo en la política de segregación racial y étnica a los de
origen hindú y pakistaní. Cada grupo según las ordenanzas del régimen racista,
los no-blancos debían dividirse en razas y a su vez en grupos étnicos, como
también se les autorizaba y ordenaba el tipo de educación que podían recibir
(la mayoría, de baja calidad, salvo los muy afortunados, como Mandela) y los
trabajos que podían realizar, la mayoría, simples, artesanales o en casos
extremos, indignantes o degradantes.
Todo tipo de contacto
social y económico, salvo si es un obrero o sirviente dependiente de un patrón
o jefe blanco, estaba prohibido, aun entre las diferentes razas y etnias en
algunos casos; también se autorizó la división de instalaciones públicas
separadas de baños, cines, playas y restaurantes como también la prohibición de
la participación de los no-blancos en la política fuera de los bantustanes.
Las personas que se
oponían al apartheid, sean blancas o no-blancas eran consideraban terroristas,
comunistas o traidores, peligrosos para el país y al sistema imperante.
Sudáfrica, hasta la
década de 1990, era el único país del África que era gobernado totalmente por
una minoría blanca, siendo habitado mayormente por negros.
En su juventud,
acudió al Colegio Universitario de Fort Hare, pero fue expulsado tiempo después
por participar en uno de los tantos boicots contra el régimen, junto con varios
de sus amigos y compañeros de clase, aunque gracias a Walter Sisulu, entrañable
amigo de toda la vida, logró continuar con su educación.
Mandela, junto con
varios luchadores, formaron la Liga de la Juventud de la A.N.C. (siglas en
ingles para el Congreso Nacional Africano) de corte radical, en 1944, como
respuesta a las políticas blandas del partido, iniciando así una vida de
compromiso para acabar con la segregación en Sudáfrica. A pesar de que sus
tácticas rayaban en la ilegalidad, es de entender que esa actitud se debe al
régimen opresivo de entonces.
En ese tiempo,
Mandela dijo que la A.N.C. no tenía otra alternativa más que la resistencia
armada y violenta, después de haber participado en una protesta no exitosa para
evitar la demolición del barrio Sophiatown de Johannesburgo, de población
negra, en febrero de 1955.
Mandela en los años 1950 |
Después de la lucha por la libertad y la dignidad, su mas grande pasión, fue el boxeo; ademas de ser fanático hasta el frenesí, también lo practicaba con dedicación en sus ratos libres. |
Entre los planes de
Mandela, estaban en pedir ayuda al gobierno chino para el suministro de armas
para una guerra de guerrillas y así instaurar un gobierno de izquierda
antirracista y popular, pero las fuerzas del gobierno siempre hacía redadas y
planes para bloquear toda ayuda del exterior.
Mandela y más de un
centenar de activistas políticos anti-apartheid fueron acusados de alta
traición en 1956, por sus actividades contra el gobierno (si es que luchar
contra un régimen que traiciona y pisotea a la comunidad africana que les
encerraban en grandes "territorios propios" o "bantustanes"
bajo control gubernamental para así negarles de esta forma la plena ciudadanía,
se considere como una traición) durando cinco años el juicio, que al final fue
absuelto.
Al ocurrir en 1960 la
masacre de 69 estudiantes africanos sin armas (algunos de ellos, solo niños)
por parte de la policía y el ejército, que pasó a la historia como La masacre
de Sharpeville, Mandela se dedica de lleno a comprometerse más con su
militancia en contra del apartheid, obligado también a pasar a la
clandestinidad y formar una nueva rama de la organización cuando el gobierno
sudafricano prohibió la A.N.C. a raíz de estos hechos. En esa fecha, deja
Sudáfrica y viajó a varios países africanos como Etiopia y a Europa, para
regresar en 1962; pero el gobierno le arresta por "salir ilegalmente de
país" y por incitar a la huelga; al ser abogado de profesión, se defendió
a sí mismo en este nuevo juicio.
Pero las autoridades,
que le veían como un peligro para el régimen y por ser líder de una
organización ilegal, fue encarcelado otra vez en un tiempo breve, para que
luego de un tiempo de libertad vigilada, fuera llamado otra vez al juzgado para
ser sentenciado a prisión de por vida por sabotaje, conspiración e intento de
derrocar al gobierno en 1964.
Fue enviado a notoria
e infame prisión de la Isla Robben, ubicada a ocho kilómetros de la costa de
Sudáfrica, donde recibió su número de identificación de prisionero: 46664.
Mandela en prisión |
Después de algunos
años, fue trasladado a otras prisiones como la de Pollsmoor y Víctor Verster,
pasando así los siguientes 27 años de su vida en condiciones inhumanas e
infamantes, recibiendo torturas, humillaciones, vejaciones y también
enfermedades: se contagió de tuberculosis por las condiciones de trabajo
forzado, malnutrición y encierro.
De esos días oscuros,
comento con mucha claridad: "Mucha gente en
este país ha pagado un precio antes de mí, y muchos pagarán el precio después
de mí... La ley me hizo un criminal, no por lo que había hecho, sino por lo que
me quedé a causa de lo que yo pensaba, porque era mi conciencia".
Desde ese momento,
Winnie Madikizela (su esposa en aquel
entonces), fue su único vínculo con el mundo exterior, ya que las autoridades
le tenía prohibido leer periódicos y demás medios de información y le hablaba
de los sucesos o cambios que ocurrían en el país y en el mundo, convirtiéndose
también en su vocera.
Tiempo después,
Winnie, junto con destacados líderes y miembros del partido A.N.C., junto con
activistas y defensores de los derechos humanos del mundo entero, inician una
campaña internacional para exigir la liberación de Mandela y de sus compañeros.
Mientras Mandela
injusta y desmesuradamente se estaba pudriendo en vida en prisión, la lucha
contra el régimen seguía con fuerza y la sangre corría en el país; la opinión
internacional estaba en contra del apartheid, lo que a la larga, produce el
aislamiento de la minoría blanca gobernante en Sudáfrica por la imposición de
boicots (en eventos deportivos, culturales, sociales y económicos), sanciones
de tipo política y económica de la mayor parte de los países del mundo.
En todas partes del mundo, sin importar raza, condición social o credo, exigían la libertad de Nelson Mandela y el fin del apartheid. |
En las décadas de
1970 y 1980, la presión dentro y fuera de Sudáfrica era más que asfixiante para
el régimen racista, así que como medida desesperada, se intentó hacer del apartheid
una política de "desarrollo aparte" con la proclamación de los
bantustanes como Estados soberanos (reconocidos por el gobierno pro-apartheid,
pero no por el resto de los países del mundo), mientras la población blanca
seguía controlando más del 80% del país. Se aprobó también en 1984 la
participación parcial en el Parlamento de mestizos y población asiática, mas no
los de origen africano, que representaba el 75% del total de la población.
Manifestaciones de
resistencia pacífica y violenta contra el Estado racista dentro y fuera del
país estaban gestándose y todos, liberales, demócratas, comunistas,
conservadores de derecha y grupos de derechos humanos concordaban que Mandela
debía ser liberado para así resolver la inestable situación en el país. Las
constantes divisiones políticas internas dentro del régimen se desarrollaban y
aumentaban cada día, junto con la violencia dentro y fuera de las ciudades y la
presión en algunas ramas del gobierno, generaron un leve cambio de la opinión
pública en contra las leyes de segregación.
Empezando la década
de 1990, El presidente
Frederik Willem De Klerk, junto a su gabinete ministerial, bajo la mirada de
organizaciones de derechos humanos, miembros de los partidos ilegales (con la
A.N.C. a la cabeza) y grupos anti-apartheid, decidieron de forma definitiva,
liberar a un ya anciano Nelson Mandela, seguido de negociaciones con representantes de las discriminadas
comunidades étnicas del país para planear un futuro más pacifico e igualitario.
"Madiba" pasó 27 largos años en prisión, en condiciones deplorables
que afectaron seriamente su salud, con su familia virtualmente destruida por
estar ausente y a pesar de eso, su mente seguía aun lucida y con un sentimiento
de fortaleza digno de un titán.
Mandela, al ser liberado |
Muchos luchadores,
líderes, u opositores que han sido prisioneros o víctimas de tortura a causa de
distintos regímenes y dictaduras saldrían llenos de sentimiento de rencor y con
una insaciable sed de venganza; incluso en Sudáfrica, gran parte de la
población negra del país, victimas de años de violencia y opresión racial por
parte de los blancos querían saldar cuentas por las buenas o por las malas,
aunque eso significara llegar a una sangrienta guerra civil. El riesgo de un
conflicto racial a gran escala estaba a varios pasos y solo Mandela podía con
sus palabras o solo con su sola presencia liderar un movimiento de liberación
violento como en sus años mozos o ser una figura de reconciliación, esto
último, algo muy difícil por décadas de brutal tiranía racial.
Entretanto, el
presidente Frederik Willem De Klerk puso fin al sistema del apartheid mediante
un referéndum con solo electores blancos, el 17 de marzo de 1992, que se les preguntó a los votantes
si apoyaban las reformas negociadas iniciadas por De Klerk dos años
antes, en el que incluía el fin del sistema del apartheid, vigente desde 1948, resultando
una victoria para el lado "sí".
Con los resultados
del referéndum, y la libertad de Mandela, se iniciaron las primeras elecciones
multirraciales de la historia política de Sudáfrica: la población negra ahora
podía votar y ser electa en cualquier cargo de poder popular.
Nelson Mandela ganó
junto con Frederik De Klerk el Premio Nobel de la Paz en 1993 y un año más
tarde, bajo la petición popular y aun en contra de sus deseos al principio, fue
elegido como el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica en 1994.
El sistema
de los bantustanes, había quedado sin efecto, y dichos territorios segregados
forman parte del territorio nacional en la actualidad.
Muchos blancos ya
estaban preparándose para una guerra racial a gran escala y a una venganza
popular sin límites en manos de los afrodescendientes, pero para sorpresa de
todo el planeta, Mandela, con su carisma e influencia, llamó a la
reconciliación de todas las etnias, sean opresores y oprimidos, llamando a la
unidad, la paz, el perdón y el progreso.
Mandela desafió y
lucho en su juventud por su gente con odio, sangre y fuego en contra de los
blancos que le trataron a él y a su gente con desprecio e inhumanidad, pero el
tiempo en prisión, junto con años de estudio, reflexión y autoconocimiento,
aceptó al fin que un eterno conflicto racial no resolvería nada en el país, ya
destruido económica y socialmente por años de odio y violencia racial, y que si
se debía hacer prosperar y pacificar a Sudáfrica, la única forma de hacerlo,
aunque fuera bastante desagradable para oprimidos y opresores, era el del
perdón, la unidad, la reconciliación y la hermandad entre todos los
sudafricanos, sin importar el color de piel, lengua y etnia.
El anciano abogado,
con una visión de futuro quizás, sabía de antemano el caso de Zimbabwe (antiguamente conocido como Rhodesia), país vecino de
Sudáfrica gobernado por Robert Mugabe desde 1987.
Zimbabwe era también
un país con un pasado de discriminación racial de parte de los gobernantes
blancos de origen británico al igual que Sudáfrica, que gracias a los
movimientos y luchas por la emancipación y derechos civiles, logró que los
afrodescendientes tuvieran el poder, iniciando tiempo después, un conflicto
racial y económico a causa de los profundos rencores del pasado.
Las guerrillas
marxistas del Frente Patriótico de Zimbabwe, junto con el partido ZANU,
lograron expulsar del poder a la oligarquía racial blanca y bajo el mandato de
Ian Smith, gobernantes desde su independencia y aliados del régimen racista
sudafricano, tras una lucha de cerca de diez años; tiempo después, el gobierno
de mayoría negra, a pesar que en un principio obtuvo progresos en el campos del
desarrollo humano, la conservación de la vida silvestre, entre otros logros,
empezaron los conflictos raciales por parte de la población afrodescendiente en
contra de los antiguas élites blancas.
Zimbabwe en un
principio inicio una cruzada nacional para la integración racial liderada por
el presidente Mugabe, otorgando las garantías necesarias para el respeto de las
propiedades de la minoría blanca, un acuerdo pactado que puso fin a la guerra
civil y estimulando la participación política blanca a través del nombramiento
de puestos claves en el gobierno. Pero la corrupción, las malas políticas
gubernamentales, la falta de un pacto de reconciliación y paz entre los
oprimidos y opresores, así como el personalismo, vanidad y ansia de poder de
Robert Mugabe, lograron que a principios de los años 1990 fracasara el modelo
de desarrollo humano con integración racial y el comienzo de la peor crisis económica
de toda la historia de ese país.
Las consecuencias
fueron la expulsión de los granjeros blancos por parte del gobierno para que
las tierras de cultivo fueran entregadas a los de raza negra (que en realidad,
pasaron a mano de allegados al gobierno), causando así una crisis alimentaria y
el empeoramiento de la economía por la desatención y falta de inversión local y
extranjera, sanciones económicas por parte del exterior gracias a las políticas
de Mugabe, conflictos raciales, aumento de la miseria en el pueblo, devaluación
e inflación a niveles impensables, entre otros males que le aquejan en la
actualidad.
Zimbabue ni siquiera
dispone de medios adecuados para tratar sus aguas y los hospitales no están
capacitados para atender a tantos pacientes, tanto así, que para muchos
zimbabuenses en la actualidad, vivir en su país es morir.
En una entrevista
televisiva, Mugabe criticó a Mandela por ser demasiado blando con la minoría
blanca de Sudáfrica tras el fin del apartheid y de que había ido un poco lejos
en hacer el bien a las comunidades no-negras", a expensas de los negros.
Con el tiempo, Nelson Mandela se distanció
de Mugabe y no hace mucho, este último, tildo a Madiba de "cobarde" e
"idiota", de forma altanera y presumida, muy al contrario de la
humildad, simpatía y amor bien ganado de Mandela.
Mugabe también se
burló también de la multicultural "Nación del Arco Iris" de
Sudáfrica, afirmando que Mandela no se preocupaba de verdad por los intereses
de los negros africanos.
"Sólo hay un color
permitido en Zimbabwe, y ese es el negro", dijo. "Prohibieron el
color blanco en mi país. Nelson Mandela dijo a toda la gente blanca que
permaneciera en su ridícula Nación del Arco Iris. Tendría que haber tirado
todos los blancos y los homosexuales de su país como yo lo hice. Sudáfrica
sería mucho mejor que ahora".
Estas fueron las
palabras de un gobernante que en más de 20 años, convirtió a la joya del África
en un infierno tropical; si no me creen, entonces les ruego que ahora mismo
investiguen la real situación de Zimbabwe y pregúntenle a los miles de sus
habitantes que entran a Sudáfrica para buscar un digno nivel de vida.
Mandela sabía de
antemano la verdadera actitud de Mugabe, su racista y autoritaria forma de
gobernar, y por un gran sentido de humanidad y decencia ejemplar, decidió hacer
una política de reconciliación nacional y planes de reconstrucción económica
para su país.
“Detesto el racismo,
porque lo veo como algo barbárico, ya sea que venga de un hombre negro o un
hombre blanco” admitió el mismo Mandela, con ese sentido común que lo
caracterizó.
Mandela no quería
asustar a la inversión extranjera y mucho menos quería como enemigos a los
blancos sudafricanos (que controlaban la mayoría del poder económico, policial
y militar) y gracias a esa reconstrucción por medio de la reconciliación, logro
que Sudáfrica se convirtiera en el país más rico del África, organizador de una
Copa Mundial de Futbol, miembro de los BRICS (países a un solo paso de
conseguir el desarrollo económico, como Brasil, China, India y Rusia) y aunque
el país lucha todavía con la desigualdad económica, el plan de Mandela evitó
con justa razón y sabiduría, que su país sucumbiera como Zimbabue.
Como parte del plan
de reconciliación y reconstrucción nacional, él y la A.N.C. hizo gobierno con
representantes del régimen del apartheid, no sin antes declarando la admistia a
cambio de que los opresores reconocieran sus faltas ante la opinión pública.
Para eso se creó La
Comisión para la Verdad y la Reconciliación, que fue un organismo oficial creado por el gobierno de Mandela para
alcanzar la justicia restaurativa después del fin del régimen del apartheid. La
comisión consistía en que las personas que eran identificadas como víctimas de
graves violaciones a los derechos humanos eran invitadas a prestar declaración
sobre sus experiencias relatando en audiencias públicas los crímenes que fueron
víctimas o que sus allegados fueron víctimas.
Para eso, los autores
de los hechos violentos o contrarios a los derechos humanos (en este caso,
funcionarios pro-apartheid) podían también confesar sus crímenes, llegando a
obtener de ese modo la admistia o perdón por sus actos y así lograr un
"borrón y cuenta nueva".
La comisión fue
encabezada por el Arzobispo Anglicano Desmond Tutu quien estableció como lema
de la misma: "Sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber
perdón".
Sus detractores
consideran que proporcionó impunidad a criminales confesos, pero sus defensores
argumentan que permitió el esclarecimiento de desapariciones y otros delitos
que hubieran quedado en la oscuridad de otro modo, así como que facilitó que
las víctimas recibieran indemnizaciones y reconocimiento por su sufrimiento,
además de la concordia y reconciliación nacional.
Por eso Mandela dijo
al llamar a la concordia de todas las razas y etnias, sean antiguas víctimas y
victimarios: "Si usted quiere hacer las paces con su enemigo, tiene que
trabajar con su enemigo. Entonces se convierte en su compañero".
Nadie en el mundo,
que tenga siquiera un poco de sentido común y una chispa de alma en su corazón
niega el titánico logro que Madiba consiguió en su país (y que sinceramente,
falta mucho camino por recorrer), gracias a la práctica del perdón y la
reconciliación entre enemigos y victimas, y es muy difícil que cualquier
persona lo haga con sinceridad; así que algunos de los que leen este articulo
no les guste la siguiente afirmación: quien niegue o haya negado estos logros
conseguidos casi de la nada por un anciano que soportó mil humillaciones, años
de encierro y deterioro de salud y en contra de todos los pronósticos, o es un
completo imbécil, un descarado tirano bananero de poca monta, un indolente, un
demente o un completo psicópata.
Para Madiba: “Ser
libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma
que respete y potencie la libertad de los demás”
Mandela, junto con Frederik De Klerk |
En su periodo de
gobierno, junto con los esfuerzos e influencia política de De Klerk, Sudáfrica
logró evitar la guerra civil en su transición del apartheid a la democracia multipartidista
a pesar de la violencia política crónica de los años previos a la votación
junto a la desconfianza y de los recelos de la población blanca con los
cambios.
A pesar de que aun
hoy en día, subsisten desigualdades sociales, económicas y políticas entre la
población blanca y la negra, al menos existe una leve paz entre los distintos
grupos raciales y étnicos, aparte de la inexistencia del régimen del apartheid.
En vez de dividir y
llamar al odio para conseguir más influencia y poder, Madiba luchó y se
reconcilió con la minoría blanca para que juntos cerraran las heridas del país
y perdonó a sus carceleros y verdugos que le encarcelaron tan solo por
dedicarse a luchar en contra las políticas de segregación de su país, llamó la
atención del mundo con su encierro y su intelecto contra el sistema del
apartheid en Sudáfrica, fue un símbolo de la lucha por la igualdad y el perdón
entre enemigos jurados, que a pesar de sus problemas actuales y recuerdos
dolorosos de un pasado de opresión aun no olvidado, todavía por los momentos,
se vive en santa paz.
Con su famosa
sonrisa, podía intimidar y desarmar a sus oponentes y a donde quiera que fuera
se corría rápidamente la voz y en torno a él se reunían multitudes de todas las
clases sociales y de todas las razas y edades.
Fue considerado el
peor terrorista del continente africano, y terminó siendo por decisión propia y
como un gesto de nobleza absoluta, un luchador pacifista por los derechos
humanos y civiles de aquellos que les han negado la voz y la voluntad de ser
libres, uno de los pilares de la nación multicultural sudafricana, respetado y
admirado por el mundo entero.
Según sus palabras:
“Hay mucha gente que siente que es inútil y fútil seguir hablando de paz y no
violencia contra un gobierno cuya única respuesta son los ataques salvajes
contra personas desarmadas e indefensas”, por eso luchó en un principio por
medios furtivos y hasta violentos, pero sin éxito.
Al salir de su
encierro, trajo consigo el mensaje del perdón y la concordia ante la burla, la
desconfianza y la incredulidad de muchos de los que le adversaron, y la
decepción de los que le acompañaron en sus luchas turbulentas y ahora es
considerado "grande entre los grandes" y "Padre de la
Nación" junto con Gandhi, Martin Luther King, Malcom X y Simón Bolívar.
Impulsó además la
construcción de vivienda y el desarrollo de la educación para mejorar los
niveles de vida de un país mayoritariamente negro y hasta en ese momento,
oprimida de forma sistemática.
En 1996, supervisó la
promulgación de una nueva constitución adaptada a los nuevos tiempos.
Debemos admitir
que todavía Sudáfrica sufre de muchos problemas, a parte de la
pobreza aun persistente, la delincuencia y la epidemia de VIH-SIDA: el
resentimiento existente entre los antiguos bandos, opresores y
oprimidos que a pesar de haber pasado tiempo de que el régimen del
apartheid fue eliminado, aun siguen con los recelos, en conflicto pero no
en una situación de guerra extrema, como en una especie de
guerra fría, a pesar de los planes de reconciliación y paz: grupos
separatistas blancos aun existen y rememoran los "buenos tiempos del
apartheid" y que están en contra del concepto del "País del Arco
Iris", ademas de sentirse menospreciados por las políticas actuales
del país, en manos afrodescendientes.
Estos grupos
pro-blancos denuncian ataques en su contra, incluso "genocidio
blanco" por parte de los negros, que saquean y asesinan a
los granjeros blancos por diversas razones, sin que se haga algo a cambio. esto
les han llevado a aliarse con grupos y organizaciones
de ultra-derecha racista del país y de varias partes del
mundo para el apoyo de la propuesta de una nación blanca
segregada y separada totalmente de Sudáfrica.
En el otro bando, el
de los antiguos oprimidos, varias facciones radicales del A.N.C. y
grupos extremistas negros todavía no aceptan al igual que los
otros el mensaje de Mandela, organizando ataques contra
la minoría blanca, quizás por resentimiento o movidos
por su situación de pobreza, aun cuando el apartheid se
termino hace muchos años.
Todavía las heridas no
se cierran y a pesar de ello, la situación no ha llegado a mas porque
si bien muchos han sido sensatos con respecto al tema o porque el carisma
y las palabras del Tata aun resuenan por el pais, y ahora que no esta con
nosotros, no se sabe en realidad que pasara de ahora en adelante. Solo
esperemos que la situación salga mejor y al
fin ambos bandos sigan el mensaje de Mandela para que
al fin el odio no destruya su legado y la poca paz y armonía que
aun reina en Sudáfrica.
Después de dejar
la presidencia, se retiró de la vida política, pero no dejó de ser la voz de
los países en desarrollo, defender causas como la paz mundial, los derechos
humanos, la lucha contra el SIDA, la igualdad de los seres humanos sin importar
su condición.
Jamás quiso
eternizarse en el poder ni clamar ser alguien excepcional, solo quería ser
alguien que a pesar de su pasado, de las injusticias cometidas en su contra, de
su color de piel y de su avanzada edad, lograr hacer algo bueno por los demás
sin esperar algo a cambio.
Mandela, a pesar de
ser el personaje aclamado como la fuerza y motor principal de la caída del
régimen del Apartheid, también hubo luchadores destacados junto con él como
Steve Biko, Walter Sisulu, el Arzobispo Anglicano
Desmond Tutu, y hasta de origen blanco como Cecil Williams, James Kantor,
Breyten Breytenbach y Harry Schwarz, que junto con Madiba, lucharon a su modo
por la libertad y la democracia en Sudáfrica.
Pero años de luchas y
sacrificios, a parte de la edad avanzada de Madiba, le estaban cobrando
intereses: infecciones pulmonares y demás dolencias le obligaban en sus últimos
años a guardar cama; pero casi siempre, sin importar sus dolencias, seguía con
las luchas justas, que dedico y sacrifico gran parte de su vida.
Así lo dijo una vez:
"Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la
libertad de su pueblo... Si yo tuviera el tiempo en mis manos haría lo mismo
otra vez. Lo mismo que haría cualquier hombre que se atreva a llamarse a sí
mismo un hombre".
En sus últimos días,
ya delicado de salud, comentó: "Me gustaría ser recordado no como alguien
único o especial sino como parte de un gran equipo en este grupo que ha luchado
por mucho años, décadas, incluso siglos... La mayor gloria de vivir no reside
en nunca caer, sino en levantarse cada vez que caes”.
Después de un año de
convalecencia por la edad en hospitales, en la tranquilidad de su hogar, junto
con su familia, amigos, antiguos enemigos y un país entero que lo adoró como un
padre, se despide de este mundo en la ciudad de Johannesburgo.
Mandela fue ejemplo
de vida, lucha desinteresada, constancia, perdón y compromiso con la gente, que
muchos líderes deberían aprender de él.
Su voz en vida ya no
se escuchará jamás, pero nos ha dejado su ejemplo y mensaje de tolerancia y
sacrificio por un mundo de iguales en derechos y deberes; es por eso que ganó
la inmortalidad por sus virtudes y lo que consiguió con sacrificio y a costa de
su dignidad: la igualdad y por la dignidad de los que no tienen voz ni voto
para ser personas libres.
Le recordaremos con
mucha admiración y respeto, su mensaje traspasara siglos e incluso milenos a
cada generación que venga y se le recuerde su logro más importante: luchar
contra el prejuicio, bajo el manto de la paz y el ejemplo.
Un faro que iluminaba
este mundo se ha apagado, ya que no hay otro como él ni lo habrá, a menos de
que existan personas que sigan sus palabras, luchen contra las injusticias,
tengan la fuerza de voluntad suficiente como para seguir sus sueños sin
importar los obstáculos y que su conciencia se eleve para ayudar a otros y así
mismo para escapar de las tinieblas; es por eso que este anciano es ahora una
leyenda.
Para los que le
recordemos y amábamos, el seguirá con vida en nuestro corazón y en cada logro
que consiguió, por que se cambió a sí mismo y por eso cambió a "La Nación
del Arco Iris" para siempre.
Como dijo una vez: "La muerte es algo inevitable. Cuando un
hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país,
puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que por lo tanto
dormiré por toda la eternidad".
Ante tu bendita
memoria, te decimos hasta siempre, Madiba.
Nelson Mandela
1918 - 2013
Fuentes consultadas:
Biografía de Nelson Mandela - Wikipedia
Archivos online de Nelson Mandela
Muere Nelson Mandela a los 95 años - CNN en español
La ruina que es Zimbabwe - La Vanguardia
Mandela, el protagonista de la transición milagrosa de Sudáfrica -
CNN en español
Nelson Mandela, el hombre que unió a Sudáfrica a través del
deporte - latercera.com
Apartheid - Wikipedia
Sudáfrica y el Apartheid -Taringa
Conozca sobre el apartheid - www.socializarte.net
Bantustán - Wikipedia
Robert Mugabe llama cobarde a Nelson Mandela - Dailycurrant.com
Mandela y Mugabe: Dos iconos, pero diferentes caminos en poder -
Huffington Post
Zimbabwe: Mugabe, racismo negro e inflación - Nuevodigital.com
El deporte no entiende de razas - Las palomas traman algo
"Copyright Disclaimer Under Section 107 of the Copyright Act 1976, allowance is made for "fair use" for purposes such as criticism, comment, news reporting, teaching, scholarship, and research. Fair use is a use permitted by copyright statute that might otherwise be infringing. Non-profit, educational or personal use tips the balance in favor of fair use."
"Responsabilidad de Derechos de Autor bajo la Sección 107 de la Copyright Act de 1976, se tiene en cuenta el "uso justo" para los propósitos tales como crítica, comentarios, información periodística, la enseñanza, becas e investigación. El uso justo es un uso permitido por la ley de Derechos de Autor que de otra manera estar infringiendo. Su uso es sin fines de lucro, personal o educativo inclinando la balanza a favor del uso justo".
Libertad de Pensamiento y de Expresión:
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.
2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar: a. el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o b. la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.
3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.
4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional.
Artículo 13 - Convención Americana sobre Derechos Humanos